
Me encontraba el pasado viernes en Lloret de Mar, en un clásico bar de abuelos, tomando algún quinto, observando los toros en la pantalla, degustando alguna rica tapita, de risas y cachondeo entre amigos, y observando la cara de felicidad del camarero al ver como la juventud sube con fuerza y mantiene intactas las viejas tradiciones bodeguiles, cuando me acordé de este artículo y decidí que tenía que compartirlo con todos vosotros. Espero sea de vuestro agrado, y recordad, un bar sin tapa y sin olor a Ducados, ni es bar, ni es ná.
"Antes de convertirse en un artículo casi de lujo, el berberecho era uno de los aperitivos más populares en las tascas, bodeguillas y humildes bares de pueblo. No es que tenga interés en ponerme a hablar de la trayectoria del berberecho, pero el otro día me sorprendió ver el caro precio actual de una puta lata de este pequeño manjar.
Me vino a la cabeza rápidamente esos bares a los que te llevaban de crío y donde el olor a Ducados y vino de pitarra se mezclaba con el sonido aturrullador de las roncas voces que porfían, el golpe de las fichas de domino y las risas desahogadas del que ha acabado la jornada. …Como nos gustan estos bares amigos!! Es encantador irrumpir en ellos de buena mañana, ya sea a tomar la cerveza del mediodía, o llegar de empalmada tras una noche de callejeo y descontrol. En estos bares donde paran nuestros mayores y que a pesar de las pintas que lleves, parezcas, o no, un criminal, un peligroso garrulo de barrio, eres recibido como un amigo y un “Que tal muchachos? Que vais a tomar?”
Son esos bares que te embriagan con la comodidad del poder expresarte libremente y en el tono que te salga de los huevos. Son esos bares donde aligeramos por un momento nuestra carga social y ponemos a caer de un burro a la castrada clase política del país, arremetemos contra la jodida inmigración ilegal y donde ponemos en su sitio a todos esos empresarios y judíos propietarios, dueños de sucursales, que juegan con los sueños de las familias. En esos bares donde hay plena complicidad entre el jubilado, el obrero y el borracho del barrio, participando juntos de una misma conversación: “Los españoles primero!”. Esos bares, en definitiva, donde se respiran viejos valores y tradición. Donde el canalla, el trasnochado y el abuelo se dan la mano. Aquellos donde el zapato aún se viste con calcetín blanco y se escupe en el suelo contra el mundo moderno, el burgués, el progresista y el niñato adinerado.
ODIO ETERNO A LOS BARES de MODERNOS!
BERBERECHOS! PITARRA! REVOLUCION!"
Extraído de www.elespiritudel79.blogspot.com
qué razon tienes...se ha perdido el viejo concepto de bar y su esencia. El auténtico y genuino bar español, mezcla de tabaco negro, palillo y sudor, con algún que otro azulejo churretoso; su calidez y cercanía, para convertirse en locales impecables donde el camarero huele bien y un televisor de plasma acapara toda la atención.
ResponderEliminarEsos baretos alcalainos...
ResponderEliminar;)
Me ha gustado esa reflexión!
Un beso!
Suscribo al 100% todo lo escrito. Verdades como puños; dónde estén los bares tradicionales...
ResponderEliminarUn saludo!
Q gran artículo si señor. Sinceramente d lo mejor que has escrito loco!! La verdad es que bares como el del otro día de Lloret van quedando menos, y los q quedan los tienen los chinos...
ResponderEliminarSr. Arquero, me contragula saber que le ha gustado mi artículo, y más me congratula que diga que ha sido el mejor que he hecho, teniendo en cuenta que no lo he hecho yo, simplemente me he limitado a pegar... Esto me dará fuerzas para seguir escribiendo. Un caluroso saludo.
ResponderEliminarYa decía yo... así tb hago yo blogs tete!!
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